Obligaciones legales sobre el uso de botas de seguridad

El calzado de seguridad es más que un accesorio laboral: es una herramienta indispensable para proteger la integridad física de los trabajadores.
Su uso no solo depende de la voluntad del empleado o del tipo de trabajo, sino también de una normativa legal específica que obliga a las empresas a garantizar su aplicación.
Ignorar estas exigencias puede acarrear sanciones económicas significativas, además de un mayor riesgo de accidentes.
¿Qué son las botas de seguridad y por qué son obligatorias?
Las botas de seguridad forman parte del equipo de protección individual (EPI), cuyo fin es reducir el riesgo de lesiones durante la jornada laboral.
Están diseñadas para proteger los pies de los trabajadores frente a impactos, perforaciones, deslizamientos o productos químicos.
En muchos sectores, su uso no solo es recomendable, sino exigido por ley.
Esto se debe a las múltiples amenazas a las que están expuestos ciertos colectivos como operarios de construcción, logística, almacenes o talleres industriales.
En estos entornos, un paso en falso puede representar no solo una baja médica, sino también un alto coste para la empresa.
Marco legal que regula el uso de calzado de seguridad
En España, el uso de botas de seguridad se encuentra regulado principalmente por la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales.
Esta legislación establece que es responsabilidad del empleador garantizar la seguridad del trabajador mediante el uso de EPIs adecuados.
También se apoyan en el Real Decreto 773/1997, que especifica cómo debe llevarse a cabo la utilización de dichos equipos.
Dicho real decreto establece que, una vez evaluados los riesgos del puesto de trabajo, se debe determinar el equipo de protección adecuado y proporcionarlo gratuitamente.

Además, el empresario está obligado a formar e informar sobre el uso correcto de las botas de seguridad y realizar su mantenimiento.
Normativas europeas aplicables
Además de la legislación nacional, existe el Reglamento (UE) 2016/425 que regula a nivel europeo los requisitos que deben cumplir los EPIs.
Las botas de seguridad deben contar con marcado CE, lo que certifica que cumplen los estándares europeos de calidad y protección.
También deben seguir las especificaciones de las normas técnicas UNE EN ISO, como la UNE EN ISO 20345, que regula el calzado de seguridad con puntera resistente a 200 julios.
Este tipo de detalles son indispensables a la hora de seleccionar el calzado adecuado y cumplir la normativa vigente.
¿En qué trabajos es obligatorio el uso de botas de seguridad?
La obligación de utilizar calzado de protección depende de los riesgos detectados en cada puesto mediante la evaluación de riesgos.
A continuación, veremos algunos sectores donde la normativa exige su empleo:
- Construcción: obligatorio por riesgo de caídas, perforaciones e impacto de objetos pesados.
- Sector logístico y almacenes: por el movimiento constante de mercancía y riesgo de aplastamiento.
- Industria y manufactura: por contacto con productos químicos, herramientas eléctricas o superficies calientes.
- Servicios forestales y agrícolas: debido a terrenos irregulares, contacto con maquinaria pesada y peligros biológicos.
- Instalaciones eléctricas: se exige calzado dieléctrico o antiestático.
Estos son solo algunos ejemplos donde se debe aplicar sin excepción el uso de botas de seguridad homologadas.
No hacerlo expone tanto al usuario como a la empresa a consecuencias graves.
Consecuencias legales y económicas por no cumplir con la normativa
El incumplimiento de la normativa sobre EPIs puede acarrear serias responsabilidades legales o económicas para el empleador.
No proporcionar botas de seguridad adecuadas se considera una infracción grave o muy grave según el grado de incumplimiento.
Las sanciones económicas pueden oscilar entre los 2.046 euros y los 819.780 euros, según la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social.

Además, en caso de accidente, la empresa puede enfrentarse a recargos en las prestaciones y responsabilidades penales si se demuestra negligencia.
Proporcionar el equipo correcto no solo es una obligación, también es una protección legal para la propia organización.
No contar con botas de seguridad adecuadas puede dejar indefenso al trabajador y expuesto al empleador ante demandas.
¿Qué debe cumplir una bota de seguridad para ser legal?
Para ser considerada apta, una bota de seguridad debe contar con ciertos requisitos obligatorios:
- Marcado CE: garantía de conformidad con los requisitos esenciales de la Unión Europea.
- Categoría adecuada: como por ejemplo S1, S2 o S3, según la protección ofrecida.
- Norma UNE EN ISO correspondiente: las más comunes son 20345 y 20347.
- Ficha técnica del producto: donde consten sus características y usos recomendados.
El incumplimiento de cualquiera de estos criterios puede descalificar al calzado ante una inspección laboral.
Por eso es recomendable adquirir este tipo de productos a distribuidores especializados en ropa laboral y vestuario de trabajo.
Solo así se puede garantizar que el producto cumple todos los parámetros normativos y de calidad.
Una lección aprendida: el caso de la empresa de carpintería en Burgos
En 2021, una pequeña fábrica de carpintería en Burgos fue noticia tras sufrir un accidente con uno de sus operarios.
El trabajador, al manipular una carga de vigas, dejó caer una de ellas sobre su pie derecho.
Lamentablemente, no llevaba las botas de seguridad exigidas para su puesto, sino calzado deportivo.
El impacto le provocó una fractura múltiple en los metatarsos, con una baja de más de seis meses.
Cuando se realizó la evaluación de riesgos posterior al accidente, quedó claro que la evaluación inicial ya indicaba que era necesaria la protección de los pies.

La empresa alegó que se trataba de una omisión personal del trabajador, pero quedó demostrado que no existía un control efectivo sobre el cumplimiento del uso del calzado de seguridad.
La Inspección de Trabajo impuso una sanción económica de más de 30.000 € a la empresa por incumplimiento del deber de supervisión y por no documentar ni formar adecuadamente al trabajador respecto al uso del EPI.
Además, la empresa tuvo que hacer frente al recargo del 30% de la prestación por incapacidad temporal, lo que incrementó aún más los costes derivados del incidente.
Este caso evidencia la importancia de no solo proporcionar EPIs, sino también supervisar su uso y formar al personal.
Evitar este tipo de situaciones no solo es una cuestión legal, también es una muestra de compromiso con la salud y seguridad de los empleados.
Funciones adicionales de las botas de seguridad
Si bien la función principal del calzado de seguridad es proteger el pie frente a impactos o riesgos específicos, sus beneficios van mucho más allá.
Actualmente, existen modelos que incorporan innovaciones orientadas a mejorar la salud postural del usuario.
Gracias a sus plantillas ergonómicas y suelas antideslizantes, ayudan a evitar lesiones musculares o de espalda, sobre todo en trabajos prolongados de pie.
Algunas botas especializadas incorporan también resistencia térmica, materiales ignífugos, o propiedades antiestáticas.
Todo esto convierte a las botas de seguridad en una inversión productiva, más que en un gasto obligatorio.
¿Cuándo se deben reemplazar las botas de seguridad?
Las botas no tienen una fecha concreta de expiración, pero sí hay señales indicativas de desgasto:
- Suelas desgastadas o resbaladizas.
- Puntera metálica visible o expuesta.
- Roturas, perforaciones o pérdida de impermeabilidad.
- Deformaciones que alteran la ergonomía del zapato.
Cuando estas condiciones aparecen, se pierde la eficacia del calzado y es obligatorio su reemplazo.

No atender a estos indicadores reduce drásticamente la protección frente a accidentes laborales.
Preguntas frecuentes sobre el uso obligatorio de botas de seguridad
¿Puede un trabajador negarse a usar las botas de seguridad?
No. Si el uso está justificado por una evaluación de riesgos, su empleo es obligatorio.
Rehusarse puede ser motivo de amonestación e incluso despido según lo establecido en la normativa interna de la empresa.
¿Se pueden usar zapatillas deportivas si tienen punta reforzada?
No necesariamente. El calzado debe cumplir con la norma UNE EN ISO 20345 y tener marcado CE.
La estética no sustituye la función protectora ni las certificaciones obligatorias.
¿Quién paga las botas de seguridad?
La empresa. El Real Decreto 773/1997 establece que todo EPI debe ser proporcionado gratuitamente por el empleador.
¿Las botas de seguridad deben ser personalizadas por trabajador?
Sí. Deben adaptarse a la talla, tipo de uso y características físicas del usuario.
También deben entregarse con instrucciones claras sobre su conservación.
¿Qué ocurre si un inspector detecta a un trabajador sin las botas obligatorias?
La empresa puede ser sancionada por no garantizar el cumplimiento de sus obligaciones preventivas.
El trabajador también podría recibir una amonestación en casos donde haya sido advertido previamente.
La responsabilidad final recae siempre sobre el empleador por no controlar ni formar adecuadamente.
En definitiva, las botas de seguridad no solo son una exigencia legal, sino una herramienta imprescindible para proteger a quienes cada día desarrollan su labor en entornos de riesgo.

Incluirlas correctamente dentro de un plan de prevención ayuda a evitar accidentes, demuestra el compromiso de la empresa con su personal y evita sanciones innecesarias.
Invertir en el cumplimiento normativo es, también, invertir en tranquilidad y profesionalismo.