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Normas y certificaciones que deben cumplir las botas de seguridad

Normas y certificaciones que deben cumplir las botas de seguridad

Elegir unas buenas botas de seguridad no es solo una cuestión de comodidad o estilo, sino de protección, cumplimiento legal y prevención de accidentes.

Muchas personas desconocen que este tipo de calzado debe respetar normas y certificaciones muy específicas para considerarse apto dentro del ámbito laboral.

No todas las botas que parecen resistentes cumplen con las exigencias legales, y dejar esto al azar puede generar riesgos innecesarios para los trabajadores.

¿Por qué son importantes las normas en las botas de seguridad?

Las normas aseguran que el calzado utilizado por los trabajadores proteja frente a múltiples peligros del entorno de trabajo.

Desde golpes, pistones, cristales en suelos industriales, hasta productos químicos o superficies con riesgo de resbalones.

La normativa estandariza criterios de protección, asegura la calidad de los materiales y determina distintos niveles de seguridad según el sector de actividad.

Además, el cumplimiento normativo es obligatorio por ley en muchos países, y forma parte de la prevención de riesgos laborales en cualquier empresa responsable.

Principales normativas en Europa: EN ISO 20345

Para el mercado europeo, la principal norma que certifica las botas de seguridad es la EN ISO 20345.

Esta norma establece los requisitos fundamentales que debe cumplir el calzado que se comercializa como equipo de protección individual (EPI).

Una característica clave de esta normativa es que exige puntera de seguridad que resista un impacto de al menos 200 julios.

Categorías dentro de la norma EN ISO 20345

Las botas certificadas bajo esta norma se clasifican en diferentes categorías dependiendo del nivel de protección que ofrecen.

  • SB: Protección básica con puntera resistente a 200 julios.
  • S1: Características de SB + zona del talón cerrada y propiedades antielectrostáticas.
  • S1P: Todas las anteriores + resistencia a la perforación en la suela.
  • S2: S1 + resistencia a la penetración y absorción de agua del corte.
  • S3: S2 + suela con relieve antideslizante y resistencia a perforaciones.
  • S4: Protección similar a S1, pero en botas completamente impermeables (como en PVC o goma).
  • S5: S4 + resistencia a la perforación y suela con relieve.

Esta clasificación ayuda a los responsables de compras a elegir el modelo específico según las condiciones del puesto de trabajo.

Normas adicionales complementarias

Además de la EN ISO 20345, existen otras normas complementarias que las botas de seguridad pueden cumplir como valor añadido.

  • EN ISO 20346: Para calzado con puntera de menor protección (100 julios), ideal para trabajos con menor riesgo.
  • EN ISO 20347: Para calzado sin puntera de seguridad, pero con otras protecciones como antideslizantes, impermeabilidad o resistencia química.
  • EN 61340: Para calzado que protege frente a descargas electrostáticas (ESD), aplicable en la industria electrónica y farmacéutica.
  • EN 15090: Normativa para botas especiales como las de los bomberos, que requieren resistencia al calor y sustancias peligrosas.

Estas normativas también deben tomarse en cuenta según el entorno laboral específico, especialmente en sectores altamente sensibles o técnicos.

Símbolos y marcados en las botas de seguridad

Una de las maneras más eficaces de identificar botas certificadas es observando las etiquetas o el grabado en la propia suela o lengüeta.

Todos los modelos homologados deben incluir el símbolo de cumplimiento CE visible y duradero.

Junto a este símbolo aparecerán otros marcados que indican el tipo de protección que ofrecen.

Ejemplos de marcados comunes en botas

  • P: Resistencia a la perforación.
  • A: Propiedades antiestáticas.
  • E: Absorción de energía en el talón.
  • WRU: Resistencia al agua por el material del corte.
  • SRC: Propiedades antideslizantes en superficies de cerámica con detergente y acero con glicerina.

La combinación de estos símbolos nos permite entender de forma rápida las capacidades del calzado, y por tanto elegir conforme a los riesgos del puesto laboral.

Ejemplo real: la importancia de una certificación adecuada

En una fábrica metalúrgica de Valencia, un operario sufrió una grave lesión tras pisar una placa con tornillos que atravesó su bota hasta herir su pie.

El calzado que usaba no cumplía con la norma S1P o S3, que incluye resistencia a la perforación.

La investigación posterior reveló que las botas que llevaba eran estéticamente similares a unas homologadas, pero se trataba de un producto no certificado.

Este caso generó consecuencias legales para la empresa, que fue considerada en parte responsable por no garantizar el equipo adecuado.

No solo se sancionó al empleador, sino que también se obligó a recompensar al trabajador con una indemnización.

La situación desembocó en una revisión general de todos los proveedores y en la implementación de un sistema de control más riguroso.

Este ejemplo deja claro que usar botas no certificadas puede salir más caro de lo que cuesta invertir en unas que cumplan con las normativas exigidas.

Además, demuestra que el aspecto externo no garantiza seguridad si no va acompañado de los estándares requeridos.

Cómo identificar botas de seguridad certificadas al momento de comprar

Al elegir calzado para entornos laborales, es fundamental revisar con atención ciertos indicadores que dan garantía de cumplimiento normativo.

  1. Buscar el marcado CE bien visible en la bota.
  2. Comprobar que incluya referencia al cumplimiento de la EN ISO 20345 u otra norma correspondiente.
  3. Revisar las subcategorías S1, S2, S3, etc., y los símbolos adicionales (P, SRC, E, A, etc.).
  4. Consultar la ficha técnica del producto o pedir certificación al proveedor.
  5. Evitar productos genéricos o de origen dudoso sin documentación.

Una empresa confiable de vestuario laboral siempre incluirá esta información en las descripciones de producto tanto en tienda física como en plataformas digitales.

Preguntas frecuentes sobre normas de botas de seguridad

¿Todas las botas de seguridad tienen puntera?

Sí, las certificadas bajo EN ISO 20345 por definición incluyen puntera que soporta 200 julios.

Sin embargo, otros calzados como los de la norma 20347 podrían no tenerla si el entorno no lo exige.

¿Cuál es la diferencia entre S1P y S3?

Ambas incluyen puntera, propiedades antiestáticas y resistencia a perforación, pero S3 incluye además resistencia al agua y suela antideslizante con relieve.

¿Es obligatorio usar botas certificadas?

Dependerá de la legislación laboral de cada país, pero en general sí lo es si el puesto implica riesgos para los pies.

No utilizar EPI conforme a normativa puede exponer al empleador a sanciones legales.

¿Una bota puede cumplir con varias normas a la vez?

Sí, por ejemplo, una bota S3 también puede cumplir con la EN 61340 si ofrece protección ESD.

Las botas de seguridad avanzadas y multifuncionales suelen presentar múltiples certificaciones en su ficha técnica.

¿Importa el país de fabricación?

Más que la procedencia, lo importante es que el calzado cumpla con las normas aplicables y esté debidamente certificado.

Países como Alemania, Italia o España son conocidos por altos estándares de fabricación en vestuario laboral.

Adaptar la seguridad al tipo de trabajo

No todos los trabajos requieren los mismos niveles de protección ni tipo de bota.

Por eso es clave asociar la norma al entorno.

  • Logística y almacén: S1P o S3 con suela antiperforación y antideslizante.
  • Industria alimentaria: Calzado impermeable, sin cordones, con norma S4 o S5.
  • Electricistas: Botas con protección ESD y certificación EN 61340.
  • Obra civil: Requiere calzado S3 o superior, resistente al agua y con suela robusta.

El asesoramiento técnico en este proceso es vital para cumplir normativa y ofrecer la máxima protección al trabajador.

Certificaciones internacionales

Si bien la normativa europea es dominante en España, en mercados globales existen otras certificaciones de interés.

Por ejemplo, en Estados Unidos la norma de referencia es ASTM F2413, que incluye regulación sobre impactos, compresión y otras resistencias.

En Canadá se utiliza la certificación CSA Z195, mientras que en países de Asia pueden aplicar otros estándares locales.

Las empresas multinacionales o exportadoras deberán seleccionar botas compatibles con las normativas del país destino.

La presencia de sellos y certificados reconocidos ayuda también a consolidar confianza entre clientes y proveedores globales.

Al final, un estándar internacional bien reconocido habla no solo de seguridad, sino de calidad y profesionalidad.

En resumen, elegir botas de seguridad certificadas bajo las normas adecuadas no solo es una exigencia legal sino una inversión en protección y tranquilidad.

Conocer las normativas como la EN ISO 20345 o los niveles S1, S3, SRC y similares, permite tomar decisiones acertadas que previenen riesgos.

Desde un punto de vista empresarial, además, se refuerza la imagen de cumplimiento, profesionalismo y compromiso con la seguridad del equipo humano.